martes, 11 de diciembre de 2012

El pastorcillo, el perro y la piedra.



Estaban en una noche de mayo, con todo tranquilo bajo la luna, en las montañas con el cielo claro, un pastorcillo su perro y la piedra.
El día ya pasó, las ovejas duermen, la luna luce y Enric, Julian, y la piedra piensan al lado del fuego, en la montaña.
Enric es un pastorcillo hijo del Rafael y la María, que nació en agosto hace 16 años, y ahora, en mayo, que las ovejas suben a la montaña a pastar, es él quien las lleva y guarda. Su padre es ya mayor y sus hermanos se fueron a la ciudad, no hay nadie más.
Todo está tranquilo en las montañas, bajo la luna, esta noche en mayo con el cielo claro, donde Enric, Julian y la piedra piensan en silencio alrededor del fuego.
Enric llena todo con sus pensamientos, de Lucía, hija del Joan y la Marta, que nació en abril y es sin lugar a dudas junto a las flores de montaña, la chica más bonita del mundo. Enric nunca le dijo palabras de amor pero estaban allí desde siempre, con los dos,
cuando jugaban de pequeños hace años en el río,
en las fiestas del pueblo del verano,
en la escuela...
Ocupando todo el espacio de su mente en las montañas.
Qué tranquilas son las noches en mayo, en las montañas, cuando Enric, Julian y la piedra piensan al lado del fuego bajo la luna.
Julian es un Blanc del Pirineu, nació hace 4 años, hermano de 10 hermanos. Julian es el rey de los perros, fuerte y poderoso, lleva toda la vida con sus ovejas y no hay ni un minuto que no esté atento, que no las proteja; ni lobos, ni osos, ni jabalís, ni nadie!!, se atreverá a tocar nunca a sus niñas.
Se siente orgulloso de él quien las guarda y mira a Enric que está con Lucía.
Mira a ver que vé.
Mira a sus ovejas.
Todo está tranquilo bajo la luna y ya cantan algunos grillos.
Y como que todo está en su sitio, es entonces que en este momento, aparece el mágnifico personaje de la piedra de este cuento.
Ella vino hace 1.000.000 de años cuando muchas cosas se juntaron.
La piedra no dice nada pero ya estaba allí.
No había nadie cuando llegó.
Ni Enric, ni Julian, ni las ovejas, no había ni la montaña y la piedra estaba allí viendo pasar todo desde hace mucho tiempo, la piedra estará allí por mucho tiempo más, cuando ya no estén ni las ovejas de Julian ni la Lucía de Enric.
Y por esto, todo está tranquilo en una noche de mayo, bajo la luna y en las montañas, con un cielo lleno de estrellas y un pastorcillo, su perro y la piedra debajo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario